UfroCirco: El show está por empezar

Por Paloma Castillo

Cerca de 30 grados invaden la capital regional aquella calurosa tarde de  miércoles, mientras cientos de estudiantes terminan su jornada en la Universidad de La Frontera. Unos para retirarse a sus casas, otros para  juntarse con los amigos y un grupo importante para disfrutar de una jornada de ilusión, risas y arte en el Gimnasio Olímpico en calle Uruguay.

En el exterior, los comerciantes no dudan en aprovechar la actividad para vender confites, bebidas y los infaltables handrolls para capear el hambre y la sed, que a  eso de las 18:00 horas sin duda pasan la cuenta a los temuquenses, mientras ad portas del recinto, una entretenida clase de zumba anima a un grupo de motivadas participantes con coloridos atuendos deportivos.

Pero esta historia no tiene como finalidad contar solamente lo que pasó aquella tarde en exteriores, sino más bien revivir lo que fue “La Trup”, el espectáculo con el que UfroCirco coronó el séptimo aniversario de la agrupación estudiantil.

Teloneros

Poco a poco las butacas azules comenzaron a llenarse. Al ingreso,  uno de los integrantes de UfroCirco hace pasar a los asistentes hasta el escenario para tomar asiento y de este modo no perder de vista ningún detalle del espectáculo circense. Los invitados, esperan pacientes a que comience el  show ya sea para ver a sus familiares actuar, o bien para disfrutar al ritmo de las carcajadas.

¡Cómo están!, ¡Cómo están! Le pregunta uno de los payasos -de rostro blanquecino y nariz roja-  al público, recalcando la pregunta en todos los sectores para comenzar a llenar de energía aquel oscuro lugar.

Sin embargo los colores no tardaron mucho en llegar. Con una polera  blanca, pantalón rojo y zapatos de gran tamaño, el carismático Darío salió a escena junto al payaso  Tití, quien pronto se ganaría el cariño de todos los presentes gracias a su simpatía y tierna voz aguda.

El show avanza y una completa rutina de  globos, acrobacias y malabarismo se toma las tablas, sacando aplausos  entre los asistentes, quienes también tuvieron la posibilidad de compartir junto al elenco en algunos fragmentos de la rutina de humor.


Una pausa y a seguir disfrutando

Tras cerca de una hora y luego de que los teloneros finalizaran el  show, Tití deja su nariz roja de payaso tras los telones negros y regresa para dirigirse al público, esta vez como Bryan, monitor del taller UfroCirco. “En cinco a diez minutos, comenzará la muestra de nuestro taller, un proceso creativo del movimiento en el que personas que no son artistas de circo se atrevieron a jugar con una compleja técnica…para muchos es su primera presentación” comentaba el monitor, respecto al “mano a mano” técnica con la que cerca de 25 participantes, deslumbraron frente a más de 200 personas.

Luego de aprovechar la pausa para ordenar parte del mobiliario, tras bambalinas y ya listos para salir a escena se escucha el infaltable “mierda, mierda, mierda”, una de las clásicas formas con la que los actores se desean suerte en el escenario.


Arte en las alturas

La pausa termina, un joven se ubica en la esquina izquierda para interpretar una canción en guitarra, mientras poco a poco los participantes –vestidos en tonalidades tierra- se acercan al público a repartir hojas blancas, pidiendo  con gestos, que estas sean arrugadas para que posteriormente sean arrojadas hacia ellos. La escena continúa con los intérpretes dándose algunos abrazos y realizando un acto de confianza imponente ante los ojos de los espectadores.

Sus manos se entrelazan y  sus cuerpos comienzan a unirse apoyándose de los hombros y de los brazos para poder subir lo más alto posible. Durante el espectáculo algunos realizan estos ejercicios con  acrobacias, para posteriormente recoger y abrir las hojas que inicialmente fueron repartidas, extendiéndolas y abrazándolas simbólicamente ante la multitud.

La gala de circo termina con las palabras de Anita, quien además de haber brindado una brillante presentación destaca en el escenario en su rol de presidenta de la agrupación, agradeciendo y haciendo un reconocimiento a sus compañeros, mientras los asistentes que esa altura, están sorprendidos con el nivel presenciado, aplauden de forma espontánea la intervención realizada por los estudiantes de pelo trenzando en la muestra de UfroCirco.

En ese momento y luego de darle la palabra, Bryan agradece la presencia del público,  ya son más de las 20:00 horas y se marchan todos contentos y satisfechos, para muchos es el retorno a la infancia, para otros es solo un paréntesis en la rutina, pero para esos jóvenes, apenas es el comienzo de su especialización en la disciplina y porque no, de un prometedor futuro en las artes circenses.

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