«Por Bastian Suazo»
Acaba de implementarse la nueva norma del Consejo Nacional de Televisión (CNTV) que “obliga” a los canales chilenos, a incluir en sus parrillas programáticas, cuatro horas de contenido cultural y dos de ellas en horario de alta audiencia. Una buena noticia para los que creen en una mejor televisión, dando un pequeño acercamiento a lo que fue este medio de comunicación en sus inicios.
¿Pero qué es contenido cultural? La normativa vigente define a los programas culturales como “aquellos que se refieren a los valores que emanan de las identidades multiculturales existentes en el país, así como los relativos a la formación cívica de las personas, los destinados al fortalecimiento de las identidades nacionales, regionales o locales, como fiestas o celebraciones costumbristas, y aquellos destinados a promover el patrimonio universal y, en particular, el patrimonio nacional”.
Lamentablemente se tuvo que imponer esta medida, porque con el panorama actual de la programación de los canales de cobertura nacional, es dependiente de la publicidad y el rating. Difícilmente iban a incluir programas educativo-culturales en horarios “prime”, siendo estos poco rentables para el negocio.
La escasa programación cultural genera que algunos canales tengan problemas para organizar su programación diaria. Así lo expresó en Cambio21, Andrés Egaña, Vicepresidente del Consejo Nacional de Televisión (CNTV): “creo que las situaciones son distintas en cada uno de los canales, porque a algunos los puede haber pillado con una parrilla programática bastante armada y bien calzada; hacer cambios de poner cuatro horas de programación cultural, le puede afectar muchos horarios que ya tienen consolidados”.
Se dirá que los canales privados deben responder a fines comerciales. Ok, de acuerdo. Pero se olvidan que son regulados por el CNTV
El CNTV debe velar por el correcto funcionamiento de los servicios de televisión, supervigilar y fiscalizar los contenido de las emisiones televisivas para resguardar así los valores morales y culturales propios de la Nación, la dignidad de las personas, la protección de la familia; el pluralismo; la democracia; la paz; la protección del medio ambiente; y la formación espiritual e intelectual de la niñez y la juventud dentro de dicho marco valórico. Ley 18.838
No deben olvidar los los valores morales y culturales propios de la Nación.
Por persona, en nuestro país, se consume más de tres horas diarias de televisión, por lo que se hacía indispensable esta nueva normativa. Es un pequeño avance, está claro, pero no por eso va a hacer menos importante. Significativo en el sentido que se aminora el grave error que se ha cometido por tantos años. El no utilizar a la TV, como principal y más influyente medio de comunicación, para dar a conocer la ciencia, el arte, deportes (no sólo fútbol), temas regionales, para entregar espacio a los pueblos originarios, para las personas con capacidades diferentes y todos los que actualmente no tienen el acceso a expresarse.
Temas que se discuten el el siguiente debate, organizado de manera conjunta entre la mesa de Ciudadanía y TV Digital y TV para Chile, con el auspicio del programa de Libertad de Expresión y Ciudadanía del Instituto de la Comunicación e Imagen (ICEI) de la Universidad de Chile.
Lo negativo de estás cuatro horas de cultura obligatoria, es que se implementa en un sistema televisivo que compite día a día por el rating, por lo que estos contenidos tendrán que disputar de igual a igual con otros formatos. ¿Por qué un programa cultural tiene que competir con un programa de farándula? ¿O con la telenovela turca del momento? Aquí nace otra discusión. La necesidad de un canal que cumpla el rol de un Televisión publica pluralista que no compita cómo canal privado. Lo cual se le ha criticado tanto a TVN.
El Informante, programa de debate de TVN, se expuso sobre el rol del mismo canal cómo televisión pública. Capitulo del programa que se puede ver completo en el siguiente enlace:
El Informante y el rol de la televisión pública en Chile (Página 24horas.cl)
De lo negativo a lo positivo, es que podremos ver si todos nosotros estamos realmente interesados en ver televisión educativa y cultural. Porque en la calle se exigen muchas cosas pero en la realidad todo cambia.
En fin, la parrilla cultural en los medios nacionales no es abundante pero existe. Lo importante, es que cada uno es libre de elegir lo que desea ver.