Isabella B. Binimelis: una artista del alma

«Por Periódico La Frontera»

“Se me cruza el mundo mapuche, y ahí comienza mi gran experiencia como artista.”

nota_suazo_1Isabella se encuentra en un periodo de creación, buscando una nueva obra que le permita llegar al público. Luego de su exitosa exposición  AM ÑI ÜL “Canto a mi alma” ,  logré encontrarla en un respiro para poder conocer más a fondo sobre su vida y obra.

Estaba lloviendo y la hora de almuerzo había recién pasado. Mientras compartíamos un cigarro la talentosa pintora relató interesantes anécdotas e historias de su vida y obra. Sentados al aire libre, donde ella dice estar más cómoda, pacientemente nos cuenta que ha llevado una vida de altos y bajos viviendo desde pequeña al borde de la cruda realidad que la rodeaba.

¿Cómo era Isabella en sus inicios?, ¿cuál es tu historia fuera del arte?

Mi historia, comienza a los 5 años en una familia acomodada con mucho amor, muy positiva, tres hermanos, yo soy la tercera de ellos, con mi visión de estar en un hogar muy bien construido, buena situación económica. Yo era la típica princesa con los sueños de todos los niños que viene a habitar su principado. Un día salgo al centro de compras con mi mamá y me encuentro el primer mendigo, eso cambia absolutamente mi vida, y se  destruye mi visión. Yo diría que me traumatiza ver la indolencia del ser humano, este mendigo con cara triste, manos agrietadas, curvatura en la columna y de una necesidad enorme, implorando un poco de humanidad, fue tan traumático para mí que entré en  un estado de autismo y cuando regreso a casa, lo único que quería era no habitar este mundo,  empieza entonces toda mi experiencia netamente espiritual de observación. Honestamente viví muchas situaciones donde yo no quería vivir en este mundo y lo único que ayudó a reencontrarme, fue tal vez, ese espíritu creativo, el contacto con la naturaleza. He buscado toda mi vida mi gran misión y la encontré.

el arte ha sido una herramienta, nada más que eso, una herramienta para poder comunicarme.

En el arte, ¿Cuándo y de dónde nace la pasión y el instinto creativo?

De pequeña mi padre dibujaba mucho, éramos modelos de él, yo lo admiraba mucho. Le gustaba la música clásica y era un empresario de mucho “punch” muy altruista y bueno en esa admiración y siempre rayando, haciendo diseños jugando con los colores. Me gustaba la decoración.

¿Fue el entonces quien te inspiró a comenzar aquel camino?

Exactamente, yo creo que fue eso. Estudié inglés en la Universidad de Concepción, estudié ingeniería, tenía que hacerlo por que tú comprenderás que la palabra artista o arte, para un padre es traumático (ríe) ellos querían que yo derivara en otra cosa, pero sabes que el artista nace, no se hace. Y en esa inspiración siempre fui muy respetuosa, de tan pequeña siempre hice lo que quise, hasta el día de hoy (vuelve a reír).

¿A qué edad emigras y te desligas de esa opinión que tenían tus padres de seguir una estructura social más aceptada?

Yo tengo que decir que siempre fui muy rebelde, ante tanto tipo de normativas, siempre  la corrección eso sí, de no herir a otros pero de seguir mis propios impulsos.

¿Cómo se llamó tu primera obra? ¿Cuéntame el comienzo de ese lindo camino?

Como artista decido ampliarme un poco de conocimiento de las herramientas, y a eso me refiero específicamente a las técnicas, y entro a una escuela de talento en Concepción, estuve en la universidad también, pero como no me gustan las cosas estructuradas si no lo que tu alma necesita, quise formarme sola, y bueno entro a una escuela realista (ríe) y de ahí empiezo a decir “no, yo no quiero expresar lo que veo, yo quiero expresar lo que yo siento” entonces yo digo, bueno siento tantas cosas y lo que mas me llamaba la atención sin duda era poder expresar el sentir, lo intangible, las fuerzas y todo. (Sonríe con timidéz) En este momento no recuerdo  el nomre de la primera obra (ríe) pero es una obra que presente aquí en Temuco, siempre ligada con el tema mapuche, se presenta en Villarrica  y en Concepción, Los Ángeles, se presenta en varias partes.

En ese momento de aprendizaje ¿Hubo algún factor externo que influenciara su técnica?

Por esas cosas de la vida se me cruza el mundo mapuche, y ahí comienza mi gran experiencia como artista. En esas cosas yo creo en la causalidad de la sincronización, de todo en la vida y fui buscando las señales. Y bueno, cuando yo ya estaba preparada yo decía bueno ¿qué voy a pintar? Se me cruza el mundo mapuche, se cruzan todas las experiencias, la universidad con María Huilcamán, una mujer originaria cien por ciento del pueblo mapuche, yo decía donde está este mundo que nunca lo vi antes,  había sincronizado en menos de un mes hasta que nace mi primera exposición.

¿Cómo llega a los mapuches?, si bien en Concepción hay población, no es muy común toparse con ellos.

Estuve haciendo escultura y llegaron ahí a Concepción, un grupo de la familia Cona que andaba difundiendo sus bailes y su cultura, se cruza José María Huilcamán, se cruzan otros personeros, y en la noche desvelada frente al sueño empieza a surgir las imágenes y a sentir que lo que yo veo es estar justamente en un mundo que no se conoce, osea se conoce visiblemente tal vez en una historia, en una historia de un sólo lado, pero no de los dos lados.

¿Cuál ha sido la obra más exitosa y que más la ha completado como artista?

Luego de un tiempo nace, es un proyecto de vida, que no tiene fines de lucro, AM ÑI ÜL y que es un canto que vino a mi alma. Es la exposición que se hizo recientemente en la Universidad de la Frontera, con el lanzamiento en el Museo Ferroviario, en la época del terremoto que hubo que levantarla antes de tiempo, no cumplió su objetivo y al no cumplir su objetivo decidí quedarme en la región.

Esa obra tiene específicamente un tremendo sentido, porque fueron periodos muy complicados, de una vida personal también, de una separación traumática, donde quedo absolutamente sin nada, el proyecto iba a ser presentado en España, los sueños de demostrar este mundo netamente de espiritualidad en Europa, desaparecen por no tener los recursos. Sin embargo, hoy en día digo que fue lo mejor que pudo haber pasado porque se fue acoplando desinteresadamente a este proyecto muchas personas maravillosas que conociendo el trabajo, creyendo en ellos, teniendo el mismo pensamiento, de querer vivir en una sociedad mejor, de amor de unificación y conexión con el universo, como mi gran amigo Edinson Loyola, hiciera la parte audiovisual, Joel Maripil que cantara, y la gente hermosa que fue abriendo sus puertas en las comunidades.

¿Cuál es el mensaje que intentas difundir con tu arte?

Yo hago meditación a través del silencio, una introspección  y en todas mis obras me interesa que el observador tenga un encuentro propio con su ser. Rescatar el espíritu del ser.

Acá puedes apreciar algunas pinturas bajo la mano de la talentosa Isabella:

 

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