Matías Lira, director de El Bosque de Karadima: “Lo que la gente sabe es solo la punta del iceberg”

«Por: Juan Carlos Poblete»

El cineasta reveló algunos detalles inéditos sobre la película que se estrena oficialmente el próximo jueves 23 de abril.

Matias Lira

Dentro de unos días llegará la jornada más importante para Matías Lira. Y es que aterriza en los cines el proyecto con el que estuvo trabajando por tres años: “El Bosque de Karadima”. Su rostro refleja algo de cansancio cuando está en silencio. “No he dormido nada en los últimos 15 días”, confiesa de entrada al público que repleta el auditorio del CIP de la Ufro, donde se sienta a responder preguntas de los más de 60 expectantes estudiantes.

El rostro de Lira cambia ante la primera pregunta. Junto a una respuesta improvisada pero bien argumentada sale una sonrisa y deja entrever una concentración admirable. Es parte de la satisfacción de estar finalizando un largo y exigente trabajo, como fue investigar y grabar la película que trata sobre un caso terrible que todavía está abierto y cuyas víctimas, que confesaron públicamente lo que sufrieron en abril del 2010, aún no encuentran una sentencia por parte de la justicia.

Con Luis Gnecco como el padre Fernando (Fernando Karadima) y Benjamín Vicuña, como Thomas Leyton (James Hamilton), la cinta de un poco más de una hora y media trata sobre los abusos sexuales cometidos  durante más de 30 años por el sacerdote Fernando Karadima, en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, o simplificada como “la iglesia El Bosque” por los fieles católicos de clase alta recurrentes en el lugar. “Nos echaban de todas las locaciones y nunca tuve la certeza de que al día siguiente íbamos a poder seguir grabando en el mismo lugar”, detalla el director egresado de Cine de la Universidad de California, Los Ángeles, Estados Unidos, quien se da un tiempo para hablar de su película unos minutos antes de su pre-estreno nacional en la fría Aula Magna de la Ufro.

—¿Por qué decidiste hacer una película sobre un tema tan delicado y contingente como los abusos de Karadima?

—Me impactaron mucho los programas de televisión donde hablaban las víctimas, y a medida que empecé a investigar, quedé impresionado por los expedientes donde queda claro que hay muchos más abusadores, más víctimas, y sobre todo, muchos más cómplices. Lo que la gente sabe es solo la punta del iceberg de los abusos que comete la curia, una pequeña área de poder de la iglesia.

—¿Cómo llegas a sintetizar un proceso de investigación de un año a un filme de 100 minutos?

—Cuando terminé de montar la película eran casi cinco horas de material. Fue un proyecto de tres años, así es que concentré la historia en la relación entre el abusador y la víctima, porque me interesa que la gente vea cómo es el abusador, alguien seductor que aprovecha el poder que le entregan los seguidores para convertirlos en víctimas de abusos sexuales.

—¿Qué sentiste a medida que ibas descubriendo antecedentes antes de comenzar a rodar la película?

—Empecé a entender que estábamos frente a un lugar de dominación absoluta. Había niños que estaban seis horas sentados, en silencio, antes de hablar con Karadima. Les decían que se alejaran de sus familias. Las víctimas quedaban ante una vulnerabilidad impresionante. Técnicamente, era una secta. Cuando vi todo eso y también me di cuenta que se manipulaban las confesiones para extorsionar, me di cuenta que había material para una película. Me ayudó a entender temas complejos. Yo no entendía como personas de 30 años podían seguir siendo abusadas. Pero a medida que me fui interiorizando y tuve acceso a estos expedientes, me fui involucrando mucho, y lógicamente se convierte en algo doloroso. No me queda más que admirar la valentía y el esfuerzo de las víctimas de enfrentar esta situación, porque yo lo único que quiero es sacarme esta película de encima.

—¿Consideras tu película como una protesta o como un filme comercial?

—Es una mezcla. El cine es más que entretención y aquí estoy diciendo algo que me incomodaba, que me molestaba, y quiero que la sociedad entienda. Es un aporte a la sociedad.

El delgado cineasta de 40 años tiene una voz firme y segura en la que revela que su trabajo le apasiona, que es su vocación. Lo que más le gustó de filmar esta película fueron los 40 días que duró el rodaje, confiesa. Admirador del trabajo de su equipo técnico y de los actores con los que trabajó, Lira no titubea ante el punto de prensa previo al inicio de la primera exhibición pública del largometraje.

—¿Tienes miedo de que la iglesia haga presiones para vetar esta película?

—Aquí yo no estoy hablando en contra de la iglesia. Yo tengo la mayor admiración hacia la iglesia, soy católico. Esto va contra la curia, ese grupo que concentra todo el poder dentro de la iglesia. Curas de parroquias pequeñas me ayudaron durante este proyecto, obviamente desde el anonimato. Yo estoy siendo bastante honesto, utilizando testimonios de 50 personas que están respaldados.

—¿Consideras que tu película va a ser un aporte al cine chileno?

—El cine chileno está en su mejor momento. Y en esta película la gente va a poder a ver grandes actores y el trabajo de un tremendo equipo detrás de cámara. Es importante que los temas que trata esta película se comenten y se discutan. Porque hay estadísticas que dicen que una de cada cinco personas fue abusada, hay más abusadores dando vueltas, y más víctimas en silencio, a las que la justicia poco ayuda.

Para finalizar te dejamos con el trailer de El Bosque de Karadima, pelicula que serà estrenada el 23 de abril en las salas nacionales

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