Martes 13, no te cases ni mechonees en mala

Por: Gabriel Sandoval López

La mañana fría del martes 13 de marzo parece ser un mal presagio para los nuevos estudiantes de la carrera de Periodismo de la Universidad de La Frontera. Es de conocimiento público que al unir el día martes con el número trece su resultado es sinónimo de “mala suerte”. Quizás es una simple superstición, pero es lúdico pensar que este día coincide perfectamente con el desarrollo del comúnmente llamado “mechoneo”.

Diego Ganga López es uno de los novatos que ingresó este nuevo año a la carrera de Periodismo en la Ufro. Es un joven de 18 años, alto, fornido, reservado y que, como todo mechón, está preocupado del especial recibimiento que realizan los compañeros de años superiores.

Santiago, 18 de marzo de 2015
Estudiantes universitarios son mechoneados en el Parque Almagro.
Paul Plaza/Aton Chile

SOSPECHAS Y ACLARACIONES

Por ser martes, Diego tiene clases a las 8:30 de la mañana, en el aula virtual de la universidad. El día comienza tranquilo, tan tranquilo que llega a ser sospechoso, como diría el comediante Bombo Fica.

Comienza la primera clase de Redacción Periodística y pasadas las dos primeras horas se oyen ruidos fuera de la sala. “Se supone que hoy día no era po”, exclama  Rodrigo Riffo, compañero de Diego, asimilando que los ruidos se deben a una posible iniciación.

Luego de un rato, parte del Centro de Alumnos (CCE) de la carrera se hace presente en el aula y deja clara su postura frente al mechoneo. “Si alguno no desea ser mechoneado nadie lo puede obligar, este tipo de actividades deben ser para pasarlo bien y no denigrar a nuestros propios compañeros”, manifiesta Paola Oses, miembro del CCE de Periodismo.

Los estudiantes de primer año se ven respaldados por el Centro de Alumnos, por lo que ya no están nerviosos ni temerosos a lo que pueda ocurrir. “Igual, buena que nos digan estas cosas antes del mechoneo, así nos sentimos más apoyados”, opina Diego.

Posterior a esa intervención, el profesor continúa con su clase hasta que llegan los estudiantes de segundo año a explicar lo que se hará a continuación. “Bueno chicos, ahora realizaremos el mechoneo. Tenemos la autorización del director de carrera y esperamos que sea todo en buena onda. Si alguno no quiere participar lo respetamos y puede quedarse a compartir de igual forma”, declara José Miguel Reyes, alumno de segundo año.

TRANQUILIDAD

Al escuchar las palabras de sus compañeros mayores, los mechones confirman su tranquilidad y salen voluntariamente de la sala, sin ser amarrados ni forzados de ninguna forma. “Ojalá todos los mechoneos fuesen así, las otras carreras se van al chancho”, expresa Andrea González, compañera de Diego que no quiso participar.

Una vez que todos salieron, son llevados a los pastos de humanidades de la universidad, lugar donde se lleva a cabo la actividad. El mechoneo de periodismo no es otra cosa que hacer girar una ruleta que contiene ingredientes de cocina, penitencias y hasta un comodín de salvación, por lo que el único riesgo que sufren los novatos es terminar muy sucios o hacer el ridículo frente a sus compañeros de carrera.

Los alumnos de segundo año de Periodismo acogieron la iniciativa de un “Mechoneo Piola”, planteada por la Dirección de Orientación y Desarrollo Estudiantil de la Ufro. La idea es que todos comprendan que una iniciación universitaria no debe traer consigo abusos ni tratos vejatorios hacia sus propios compañeros, sino que debe ser un momento ameno entre pares de una misma facultad, buscando que los novatos como Diego puedan sentirse cómodos en esta nueva etapa de sus vidas académicas.

Al final el martes 13 no fue un día de mala suerte para Diego y sus compañeros, sino todo lo contrario, pudieron participar y pasarla bien en una bienvenida diferente, que sin duda marcará un precedente para las nuevas generaciones.

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