Librería Cagtén: Leamos en La Araucanía

Por: Camila Huecho.

Cagtén goza de una simpleza liviana que no llama mucho la atención desde lejos, caminando por calle Prat, está encerrada entre construcciones. Como buena librería temuquense, es pequeña y sutil, de colores claros, sin muchos bombos ni platillos que llamen a gritos a nadie. Sin embargo, la librería Cagtén, con ya dos años de vida, se ha construido con paciencia y cariño su nicho entre los ávidos (y no tan ávidos) lectores temuquenses.

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¿Qué hace especial a Cagtén? Libros, se dirá. A veces no es fácil encontrar lugares para convertirse en comprador frecuente en Temuco. El libro es caro, escaso y esquivo. Sin embargo, son refugios como Cagtén los que abren las puertas a nuevas perspectivas a través del hábito de la lectura.

La librería Cagtén nació como un pequeño emprendimiento de Hugo Alister y sus hijos, alrededor del 2015, como una librería-editorial. Un espacio más de la ciudad de Temuco con los escaparates llenos de pequeños pedazos de cultura, pero con un enfoque bastante firme y constante, que lo hace distinto de las misiones tradicionales de proyectos como estos: la intención es conservar, exponer y entregar a la literatura regional, a lo propio, a aquello que forma parte de nosotros como habitantes de La Araucanía. Cagtén busca no solo vender libros ni fomentar la lectura, sino fomentar el conocimiento de nuestra cultura regional y la exposición del escrito histórico y patrimonial de La Araucanía.

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Así, Cagtén se consolida con la misión de publicar y republicar trabajos relacionados a nuestra cultura y a lo que nos representa como personas regionales. Cagtén ya ha publicado y trabajado en conjunto con Elicura Chihuailaf, Jorge Teiller y Lionel Lienlaf, autores regionales que tienen su sillón especial dentro de este proyecto cultural.

“La intención es poder preservar y darle valor y sentido a lo que se hace en la región”, indica Ricardo Olave, encargado de Comunicaciones de Cagtén, “Desde los 90 ellos intentan publicar libros escritos por personas de la región o de La Frontera. Se contribuye al desarrollo regional a través de las artes, desde el sector literario”.

Cagtén ha hecho un buen trabajo, no solo al facilitar el conocimiento con este particular enfoque, sino en la misión de hacerlo accesible. Promueve la venta de libros tanto nuevos como usados, desde precios de editorial a un par de monedas, no hace más que recordar a la comunidad que un libro deja de depender de su valor monetario para ser una pieza de literatura de valores culturales inmensos.

Sin título

Cagtén cumple una importante misión en la preservación de nuestra historia. Y, sin embargo, acaba de cumplir recién dos años el pasado 23 de abril. Pero los cumpleaños son importantes. Sacó los libros a la calle, abrió paquetes de galletas y recibió a los transeúntes con las puertas abiertas y los cálidos anuncios de celebración con tiza en la pizarra negra de la entrada.

Otra librería pequeña del centro, cumpliendo un nuevo año de vida. Pero pequeña o no, joven o vieja, Temuco debe seguir celebrando a su literatura y a quienes cumplen la importante misión de hacerla perdurar. Temuco necesita más libros, más puertas abiertas, más reliquias regionales tras tapas usadas y nuevas ediciones de poesía mapuche. Más librerías como Cagtén cumpliendo años en las esquinas de Prat con Caupolicán.

Y en todas las demás esquinas.

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