Por: Fernanda Gajardo
Desde ya hace un año y medio que entré a la universidad, no ha sido fácil pero aquí estamos, la vida de los jóvenes que se preparan para alcanzar sus sueños y metas. En Chile se ha abierto nuevas posibilidades para el mayor acceso a los estudios universitarios, a través de beneficios, becas y gratuidad solo en algunos casos. En mi primer año me tocó presenciar y vivir el tan nombrado paro, que dicen que si no lo vives es como si nunca hubieses ido a la “U”. Recuerdo el día en que para poder llegar a la sala tuve que atravesar la calle y la entrada soportando el olor a lacrimógena y ver la pelea entre estudiantiles y carabineros. Creo que tú lector has escuchado en la radio Bío-Bío, o visto en las noticias de medio día en el Mega o en TVN, o si no a través de las redes sociales en Twitter o Facebook.
Después de la “Revolución Pingüina” de 2006 de forma masiva en las calles a partir del año 2011 fue una de las movilizaciones que reclamaban una educación universitaria más justa e igualitaria. El 2016 bajo el mandato de Bachelet, después de tantas luchas estudiantiles, huelgas de liceos de enseñanza media, paros universitarios y protestas se logró obtener gratuidad después de 35 años desde que Pinochet la había suprimido. La frase dicha por la Presidenta fue la gratuidad universitaria “es un derecho, no un regalo”. Pero aun así muchos de los estudiantes se quedaron con sangre en el ojo, y con ganas de querer más igualdad. ¿Por qué la gratuidad debe ser solo para algunos? es lo que se escucha murmurar y que otros con carácter de liderazgo animan a salir a las calles y manifestarse para una educación pública, gratuita y de calidad. Pero muchos saben que con eso no se logrará nada y que solo servirá para perder clase.
¿Debería la gratuidad extenderse y abrirse a todo público? Hasta el momento solo es un “beneficio” para el 50% de los estudiantes más vulnerables, hay quienes piensan que si esto sucediese se tendría un impacto regresivo, justificándose en el contexto de presupuesto fiscal limitado, de que los recursos públicos deben competir con los gastos de mayor o menor impacto social. Hay quienes opinan que la universidad pública debe ser repensada y no solo poner la lupa en formas parciales de gratuidad, que debe ser para todos.
Finalmente, todo esto continua la guerra por la luchas de ideas no termina y si me preguntas a mi realmente no sé cuál sería la mejor opción, solo sé que los alumnos no deben quedarse fuera realizarse como, de llegar más allá. Las cosas se deben hacer sin lucro y de la mejor forma y calidad, solo espero que en algún momento los secretos y engaños no sean parte de aquellos que nos gobiernan como país, y hagan las cosas como Dios manda. Mientras tanto como estudiante vivo en la espera de que en cualquier momento vendrá una manifestación, y lo que paso una vez volverá a pasar.