Haitianos en Temuco: “En busca de la felicidad”

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Por Josefina Márquez Correa

El calor caribeño, las playas y unas palmeras son la postal perfecta para vivir paradisiacamente. Vivir en una isla suena emociónate, relajante, pero cuando la vida  se pone cuesta arriba, “La Isla Paraíso” se vuelve una pesadilla y es necesario tomar opciones drásticas. Dejar sueños y familiares atrás parece ser una decisión difícil, pero para la mayoría de las personas que migran. Esta suele ser la única solución para mejorar su vida y la de sus seres queridos.

El día está nublado dando alusión de que unas gotas quieren caer sobre Temuco. La fila que empieza en la escalera de Correos de Chile dobla hasta la calle Arturo Prat con unos treinta ciudadanos haitianos quienes tienen sobres y carpetas en sus manos. Entre ellos la fluidez del español es poca, solo se limitan a contestar “bien, gracias” y “hablo muy poquito español”, pero entre ellos resalta un hombre de chaqueta azul con un suéter bajo ella, quien entiende ante la propuesta de entrevista.

Alto, de contextura delgada y con una sonrisa amable en el rostro, así se muestra Renaud Benzant, quien lleva media hora esperando igual que sus compatriotas en la fila para enviar dinero y documentos. Según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el sería parte de los treinta mil extranjeros que han ingresado a Chile durante los últimos diez años.

12 HORAS PARA EL CAMBIO

Después de las doce horas de vuelo se encontró con un Santiago amplio, frío y con un idioma que no dominaba. En la capital se quedó tres meses probando suerte pero no consiguió trabajo estable, así que decidió emprender rumbo a Temuco. Desde Cabo Haitiano viene Renaud. El 27 de marzo del 2017 aterrizó en Chile y, en pleno invierno ya se encontraba en la capital regional, un cambio fuerte que costó asimilar. “Me cuestioné muchas veces si valía la pena dejar todo atrás, pero con  pensar que mis hijas y mi esposa estarían mejor con la ayuda monetariamente que les enviaría mensualmente, me daba la fuerza para quedarme”.

DIOS EN SU CAMINO

El catolicismo es uno de los pilares de la sociedad haitiana. Según el Departamento de Extranjería de la Municipalidad de Temuco, el 80% de los haitianos que viven en la ciudad son católicos y el restante evangélico, por lo mismo Renaud respalda sus logros con la ayuda de Dios. “No tengo problemas con nadie, nunca he sentido discriminación, encontré trabajo en la tienda Ripley del centro al mes de llegar acá y las personas que la vida me ha puesto en mi camino son buenas, Dios me ayuda mucho”.

LOS CHILENISMOS

“Rena”, como le dicen sus colegas y amigos, aprendió rápidamente al español, pero el español “chilensis”. Al contar parte de su vida en el país las palabras como “pega” y “pichanga” salen rápidamente de su boca. “con mis compañeros de la pega nos llevamos bien, ellos me han enseñado algunos lugares de aquí y me invitan a veces a las pichangas para divertirme”. Cuenta que durante los partidos de fútbol que realizan de vez en cuando con la empresa, bromean y entre risas, cuenta que, le dicen el próximo Beausejour”, por sus habilidades con la pelota.

LAS NORMAS CAMBIAN

El 2017 cuando llegó Renaud Benzant a Chile la legislación para  inmigrantes no era clara y definitiva, ante el masivo arribo de extrajeron estas se tuvieron que rearmar, por lo que actualmente las dos grandes políticas que se evaluan a legislar son el proceso de regularización masiva e implementar un nuevo sistema de Visa. Ante esta situación, Rena pone en duda la posibilidad de traer a su familia. Con un tono distinto a toda la conversación, cuenta que el año pasado estaba ilusionado con esa idea, pues tenía todo para entregarles estabilidad, pero con la nueva ley, sus hijas y su esposa se alejan más y más.

Mientras varios de sus compatriotas escuchan atentos la conversación que se ha generado, la fila ya entró al local y Renaud cuenta que él está agradecido de Chile y de su gente, que durante estos dos años su experiencia ha sido buena y desearía que sus pares también tuvieran su suerte porque ha visto muchas denuncias en la televisión de personas que los discriminan por sus color de piel, idioma o simplemente por xenofobia. “La mayoría no lo pasa bien, extrañan sus tierras y el cariño de su familia, y la gente no piensa en eso, les cuesta ponerse en su lugar, si tan solo supieran que nosotros los haitianos venimos en busca de felicidad y estabilidad, quizás sus acciones serían diferentes”

La maleta cargada de sueños que traía Renaud Benzant ya se está desempacando, cumpliendo sus objetivos poco a poco logrando su felicidad a 6.073 kilómetros de su hogar.

 

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