Feufro y comunidades mapuches en oposición a proyectos hidroeléctricos

«Por Carol Gallardo»

En la Región de La Araucanía existe un incalculable patrimonio natural que se expresa en la gran variedad de  bosques nativos, volcanes, ríos, zonas protegidas y la  principal reserva de la biósfera de la araucaria… en fin, zonas en que las manos del hombre aún parecían estar lejanas. Lugares en que las palabras  progreso, desarrollo y crecimiento económico se perdían ante la belleza e inmensidad de la naturaleza.

Sin embargo, el que Chile se encuentre en una eterna “vía hacia el desarrollo” tiene sus consecuencias. Una de ellas es la necesidad de generar energía para dar abasto a la enorme demanda de electricidad existente en el país. Una de las maneras de obtenerla es a través de los proyectos hidroeléctricos, considerados como enemigos para el pueblo mapuche y otros actores sociales como la Federación de Estudiantes de la Universidad de La Frontera (Feufro).

Ricardo Luer, joven estudiante de Medicina y presidente de la Feufro, ve a este tipo de proyectos como nocivos para el pueblo mapuche y el pueblo chileno. Pero no solo su discurso es tajante sino que en la práctica los estudiantes están saliendo de la burbuja universitaria y creando instancias de convergencia y participación con otros actores de la sociedad.

Otro férreo opositor de las hidroeléctricas es Pablo Huaiquilao, werkén del sector Karilafkén en Pitrufquén mientra, asiste a marchas, foros y un sin número de actividades para visibilizar su postura. Huaiquilao sostiene que “estos proyectos atentan contra nuestra cultura como pueblo mapuche y la manera de vivir que hemos llevado por años”.

Para la cultura mapuche el Itxofil Mogen o diversidad de seres vivientes que van desde las pequeñas piedras hasta las inmensas montañas  son sagradas, y viven en armonía unas con otras en la tierra, debido a eso los distintos proyectos hidroeléctricos que buscan inyectar energía limpia al Sistema Interconectado Central (SIC) no tienen cabida para el  pueblo mapuche.

Sin embargo, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas desde 1997 hasta el 2011 los porcentajes de distribución de energía eran los siguientes: sector residencial 16%, sector comercial con 10%, el sector minero con un 34%, el sector agrícola con un 2%, y el sector varios con un 10%.

Queda claro según el gráfico presentado por INE en el estudio Generación y distribución de energía eléctrica” publicado en diciembre de 2011, que quienes más gastan energía son las mineras. En consecuencia de ello vienen algunas preguntas: ¿Dónde se va la energía que extraen desde el territorio? ¿Es el pueblo mapuche quien debe asumir sobre sus hombros los costos del progreso? Y por último, ¿quiénes son los dueños de las grandes compañías mineras y cuanto aportan realmente al anhelado desarrollo?.

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