Estrés universitario: un enemigo silencioso

Por Paola Oses y Melanie Tapia

El ingreso a la universidad para los estudiantes es un gran paso para su formación personal y profesional, es por esto que los alumnos entran con gran entusiasmo y expectativas a cumplir con las exigencias que la vida universitaria conlleva, sin embargo, esto se ve frustrado por los altos niveles de tensión y agotamiento a los que se exponen durante el transcurso del semestre académico.

Los altos índices de estrés en estudiantes universitarios de la región son provocados principalmente por un recargo académico, y además por no saber organizar su tiempo adecuadamente. Esto provoca una deserción y desmotivación por parte de los estudiantes.

Causas del estrés en los universitarios

Diversos son los factores que pueden afectar a los alumnos en el proceso universitario, ya sea problemas personales, el no organizar los tiempos, no tener hábito de estudio o simplemente el no saber cómo tomar apuntes en clases. Además el priorizar la vida social y el “carrete” son dos grandes causas por las que los estudiantes fracasan ante los periodos de mayor exigencia académica.

Pilar Espinoza, psicóloga cuenta que “la vida universitaria es vivida de distinta forma por cada alumno, un factor importante es enfocarse y aceptar las responsabilidades desde el momento en que entran a estudiar ya que son para su propio futuro. Y esto es en lo que fallan la mayoría de los alumnos, piensan que pueden dedicar poco tiempo al estudio y centrarse en su vida social, ya que conocen mucha gente y arman un círculo social grande”.

Otro factor estresor en los estudiantes es la competitividad e individualismo que hay entre sus pares. La constante rivalidad por ser mejor que el otro, lleva a los jóvenes a grandes grados de inquietud e inseguridad y a pensar si lo que están haciendo con su vida es lo correcto.

Deserción o migración de carrera

El estrés y frustración causado por la inseguridad de los estudiantes, provoca que un 30 por ciento de ellos deserten al partir o finalizar el primer año de carrera, porcentaje que aumenta a un 43 por ciento al 2º año (SIES, 2012). Cabe mencionar que la mayoría de los jóvenes que dejan inconclusos sus estudios, vuelven a matricularse, pero esta vez en una carrera diferente a la que estaban.

Felipe Jorquera, exestudiante de Derecho de la Universidad de La Frontera, es uno de los jóvenes que optó por un cambio de carrera como solución a su frustración. El comenta que “entré a la carrera de Derecho, al principio todo era súper ameno tanto con los profesores como con los compañeros, pero después de un tiempo me di cuenta que no era lo que yo esperaba, así que entré en una gran disconformidad y no sabía qué hacer, sentía que cambiarme de carrera no era una opción por el tiempo perdido. Me sentía súper frustrado, estudiaba mucho y aún así me iba mal. Finalmente opté por cambiarme, haciendo oídos sordos a lo que pensaba la gente, las críticas, los remordimientos y empezar  todo desde cero. Ahora estudio Ingeniería Comercial y para hacer el cambio investigué mucho sobre esta nueva carrera, para que no me volviera a ocurrir lo mismo, hasta el momento me ha ido bien y espero seguir hasta el final”.

Cómo combatir esta problemática

Muchos de los estudiantes llegan a un punto de desesperación tan alto que provoca la sobre exigencia de ellos mismos, buscan mantenerse despiertos toda la noche estudiando y con esto, comienzan a consumir un exceso de fármacos (reactivadores neurocerebrales), para mantenerse con energía, algunos de estos pueden ser el Gamalate B6 o el famoso Mentix. Por otro lado, muchos son los estudiantes que buscan maneras de desahogarse por medio de sustancias ilícitas, la marihuana es una de las más consumidas por su relajante efecto, y consumo excesivo de alcohol.

Si bien muchas son las opciones para desestresarse tanto dentro y fuera de la universidad, las más comunes son practicar alguna disciplina deportiva o artística. Diego Montoya, estudiante de Periodismo de la Universidad de La Frontera, comenta que, “personalmente veo a la música como una actividad de expresión, comunicación y liberación de cualquier tipo de estrés, sea del tipo que sea. Cuando entré a la universidad me di cuenta que efectivamente me libera del estrés y me esclarece los pensamientos cuando hay mucha carga”.

Eduardo Salazar, estudiante de Derecho la Universidad Autónoma, relata que, “hace casi cuatro años que practico voley, al principio lo hice para dejar de lado la vida sedentaria, pero al empezar la universidad comencé a entrenar para liberar energías y despejar la cabeza un poco. Igual la carrera que estudio es exigente y de vez en cuando es necesario olvidarse de la universidad un poco”.

En este ámbito, son muchas las casas de estudio que han tomado la iniciativa para ayudar a sus alumnos a sobrellevar el agobio y frustración, un ejemplo de esto es la Universidad Federico Santa María, la cual todos los años da una semana libre a sus alumnos en fechas estratégicas, para que así puedan terminar bien el semestre y los estudiantes de regiones puedan viajar a ver a sus familias sin problemas.

En la Universidad de La Frontera, están los planes de electivos lúdicos que evitan ser un recargo para los alumnos y buscan ser una instancia de relajo y diversión en su mayoría, además que la casa de estudios fomenta la creación de agrupaciones estudiantiles de distintas áreas ayudándoles con su financiamiento y difusión.

 

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