“Es importante saber que la pena sirve, pero no se pasa con una obra, la tristeza sólo le da forma a la creación”

Hans Baier, artista visual:

“Es importante saber que la pena sirve, pero no se pasa con una obra, la tristeza sólo le da forma a la creación”

Por Alex Cárdenas-Venegas

Desde su adolescencia, Hans Baier (27) mostró interés por el arte. Se manifestó en un comienzo a través de la literatura, tuvo varios blogs donde escribía sus textos, pero el tiempo diría otra cosa, siempre ligado a lo artístico derivó en el arte visual. Comenzó dibujando en croqueras, la ilustración digital vendría después, así como la pintura. Ha construido su carrera de forma autodidacta. Ha sido un proceso largo, guarda sus obras con recelo, esperando el momento adecuado para exponer. Será aquí donde contará parte de su historia y mostrará algunas de sus obras por primera vez.

Nos tomamos un tiempo mientras me muestra algunas de sus últimas obras no terminadas, recorro con la mirada las paredes de su taller, surgen dudas, preguntas y entonces continuamos hablando de su comienzo y su presente.

—¿Desde qué edad mostraste interés por las artes visuales?

—Desde chico, descubriendo que con algo podía generar manchas: un lápiz, una brocha o un resto de café. Dibujando en servilletas cuando en los almuerzos se hacía sobremesa, rodeado de adultos “anti-artistas”.

—Artistas que te gusten o inspiren ¿Los hay?

—Si pero no se dicen, ahí por lo menos para mí hay otro secreto. Lo que sí puedo decir es que como corrientes artísticas, me gusta mucho el impresionismo, el dadaísmo y el  expresionismo, y también y antes que se me olvide (ríe) el chuchasumadrismo, aunque todavía no tengo bien claro qué es.

LAS EMOCIONES Y EL ARTE

Mientras atardece en su taller y antes de que encienda las luces, Hans deriva nuestra conversación hacia las emociones y las sensaciones que un artista puede manifestar a través de sus obras. Se levanta, va por un té sin azúcar, vuelve y continuamos raudamente. Pareciera que tiene las cosas claras y me habla fluidamente, de un tema saltamos a otro. No hay tiempo para el silencio. Nos sentamos en el suelo y hablamos de las emociones que conllevan la producción de una obra artística.

—¿Cuánto influyen las emociones en tus trabajos?

—Siempre están presentes. De alguna manera es cierto que todo empieza por ahí. Al menos por mi parte empecé a trabajar mis obras visuales desde ahí, sentía cosas que me desesperaban no saber explicarlas. Por eso las transformo en imágenes. Muchas cosas que dibujé fueron producto de la desesperación, la rabia, el descontento o la pena.

—¿Crees que es el dolor una fuente de inspiración en el arte?

—Depende el artista, hay algunos que encuentran inspiración en sus momentos de más bienestar o de felicidad si se le puede llamar, a otros el sentir dolor o tristeza les conlleva a crear cosas nuevas. Es en esos momentos de introspección, cuando a veces llegan las mejores ideas, piensas tanto, sientes tanto, que algo fluye. Un amigo, por ejemplo, me dijo una vez que la pena inspira. Tenía razón, yo logré algunos resultados sintiendo mucha pena. En muchos casos la pena siguió. Es importante saber que la pena sirve, pero no se pasa con una obra, la tristeza sólo le da forma a la creación. El hielo sigue siendo agua.

EL FUTURO

—¿Qué proyecto a futuro te gustaría sí o sí concretar?

—Intervenir espacios públicos. Falta intervenir más espacios con arte contemporáneo. Ya se sabe que el arte que prefiere o me parece que es así en Temuco, es más conservador, más clásico, por así decirlo, vinculado casi siempre al propio contexto cultural y siento que hay personas que quieren ver más que eso en la ciudad.

—¿De no lograr lo que quieres en Temuco tomarías la decisión de irte?

—Me gusta salir, para explorar y aprender, pero volver siempre. Quizás me las doy de frio, pero me muero sin la gente que amo, y no todos están dispuestos a irse conmigo. Así que siempre mi meta será volver, como dice Facundo Cabral en su canción “No soy de aquí ni soy de allá” ¿Cómo es? Me gusta ir con el verano muy lejos para volver donde mi madre en invierno y ver los perros que jamás me olvidaron y los abrazos que me dan mis hermanos, me gusta, me gusta. Es así si mal no recuerdo.

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