Crónica de una deportista: Los veloces sueños de Josefina González

«Por Natalia Bravo»

Son las 4 y media de la tarde en Temuco. El día está soleado y hace un calor de aquellos. El Campo de Deportes Ñielol es el escenario perfecto para encontrarme con los amantes del deporte practicando diferentes disciplinas. Este es también el lugar donde habita la mayor parte del día la estudiante de Periodismo de la Universidad de La Frontera, Josefina González, quien reparte su tiempo entre libros y sus arduas prácticas en la pista sintética en busca de mejorar sus marcas en 100 y 200 metros planos.

Se acerca desde lejos. Se aprecia la distancia su cabello ondulado y rubio que brilla bajo el fuerte sol. Josefina, la atleta representante de Atlético Phoenix, es además de una entusiasta alumna universitaria, campeona nacional en pruebas de velocidad.

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DEPORTE Y UNIVERSIDAD

Mira a sus compañeros entrenar y comienza a contarme que a sus diecinueve años se las arregló para ingresar a la universidad sin dejar de practicar. Dice que está contenta porque puede estudiar y entrenar al mismo tiempo, y aunque esto le demanda un sacrificio mucho mayor que al resto de sus compañeros, se siente feliz. ”Mi entrenador, el profesor de la Universidad Santo Tomás, Aldo Osorio, trabaja todas las mañanas y es por eso que entrenamos sí o sí desde las 4 y media hasta las 7 de la tarde. Y aunque hace calor, igual vengo, porque necesito mejorar mis marcas para lograr un cupo al Campeonato Sudamericano, que se realizará en julio próximo en Perú. Allí espero poder convalidar las dos marcas (12.10 en 100 metros planos y 24.65 en 200 metros)”.

Esta pasión por el atletismo y las ganas de bajar sus tiempos le quitan el sueño. Tanto así que asegura que si no baja sus tiempos como espera, agregará a los entrenamientos de las tardes, prácticas en la misma universidad.

USO LA FUERZA PARA CORRER

Llegamos a la sala de pesas. Es una habitación de tamaño mediano, con un olor a humedad. Se acerca Josefina con un pequeño sistema de audio para escuchar música en sus manos y comienza la práctica ante la atenta mirada de su entrenador. Al ritmo de “Blame”, de Calvin Harris.

DSC08498Muy concentrada y rigurosa toma la cuerdas, las gira en sus manos, con la mirada hacia el techo de la sala lleva cincuenta kilos a su pecho y ni se inmuta. Se da dos minutos de descanso y ahora realiza otro ejercicio.

Este es el único momento en que podemos hablar, ya que el trabajo de pesas la obliga a estar quieta y no desplazándose a altas velocidades por la celeste pista del Campo de Deportes Ñielol. “Las pesas son necesarias para mí, porque mi entrenamiento se basa en la fuerza, la uso para correr, y las cuerdas, si no las ocupo, lo más probable que se me resbale la pesa y me puedo lesionar”.

La vida de Josefina es sacrificada. No sólo por su arduo entrenamiento y la necesidad de ser una buena alumna de la carrera de periodismo, sino que también porque –como una atleta de elite– debe llevar una estricta dieta. “Tengo un plan alimenticio que me lo da la nutricionista del Campo de Deportes Ñielol. Antes de entrenar tomo regenerador muscular y quemador de grasas; de desayuno carbohidratos, pan o generalmente cereales y también proteína, que es un yogur. Tengo que estar comiendo cada dos horas, colaciones para mantener el metabolismo completamente activo y recibir energía todo el tiempo. El almuerzo es libre y para la once nada de carbohidratos, porque es donde el cuerpo menos trabaja”.

Aparte de esto ingiere tres litros de agua al día, lo que para ella es sagrado. Para dormir bien toma Glutamina y Melatonina, que le ayudan a regenerar los músculos y le entregan un descanso más placentero. “No te voy a decir que todo es maravilloso y que nunca me salgo de esa dieta, no todo es lechuguita y agua, pero trato de respetarla siempre”.

LA PISTA

Tras terminar el intenso trabajo de pesas toma un poco de agua y ahora va a la pista. Allí, luego de un trabajo de elongación realiza sesiones de saltos y ascensiones, aparte de repetir una y otra vez las salidas desde los tacos, ya que allí está la clave para ganar preciadas milésimas de segundos en una carrera.

“12.10 Es mi récord en los 100 metros planos. Lo hice en el año 2013, en Santiago, en la pista del Estadio Nacional. Fue un sentimiento inexplicable. Sentir que logré algo con tanto esfuerzo me hizo acordarme de mis inicios, hace tres años”, comenta con algo de emoción y orgullo.

En todos estos logros su familia ha sido fundamental. “Son el pilar que siempre me acompaña a todos lados donde tenga que ir… y están felices de mis logros, siempre se alegran y se enorgullecen”.

Se siente en cada chiste o broma que hacen con sus compañeros de entrenamiento que disfruta de estas extenuantes y calurosas jornadas. Son parte de su vida y le entregan felicidad. “Uno se debe poner metas que cree poder cumplir”, resumiendo con esta frase sus sueños y anhelos.

Sus proyecciones son claras, la joven dulce, pero de fuerte carácter dice tener el sudamericano en mente: “Es la cita más difícil a la que tengo que llegar”, aunque no descarta tampoco el Mundial de Atletismo como algo tan difícil de alcanzar. “Siempre es bueno soñar, aunque prefiero no ilusionarme tanto para que la caída no sea tan grande si es que me equivoco”.

Son las 7 de la tarde de la tarde y el calor sigue golpeando con la misma intensidad que hace tres horas en la celeste pista del Campo de Deportes Ñielol. A Josefina pareciera no importarle la temperatura mientras repite una y otra vez veloces desplazamientos en busca de sus sueños.

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LOGROS

En el año 2012 participó en el Sudamericano de Atletismo en la ciudad de Mendoza, en categoría menor. Fue campeona Nacional el año 2013 en 100 y 200 metros planos marcando un récord de 12.10 segundos en 100 metros planos. También ha corrido en Colombia y Brasil, obteniendo buenos rendimientos.

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