Por Paloma Castillo
Las dificultades económicas, la búsqueda de oportunidades y abrir nuevos espacios al arte, sin duda se han transformado en la principal motivación de quienes hoy por hoy deciden convertir las calles de Temuco en el principal escenario de sus vidas, dejando incluso sus ciudades de origen para emprender nuevos rumbos en un arte que si bien tiene sus dificultades, también tiene como principal recompensa, el aplauso y el cariño popular.
Es casi imposible cruzar Temuco y no sentir en el centro de la ciudad o en lugares altamente concurridos, el sonido de un instrumento, la talentosa voz de un cantante, o bien, observar las distintas formas de expresión de quienes buscan llenar de cultura, aquellos espacios olvidados por el común de los ciudadanos.
En la amplia gama de factores que este fenómeno aborda, de acuerdo a lo señalado por el sociólogo Eduardo Martínez, algunas de sus raíces radican en que “hay ciertas lógicas de lo artístico, de las libertades personales que en general son bastante reprimidas a nivel social. En el colegio por ejemplo en general se privilegian las ciencias duras, mientras que la línea del arte siempre va a quedar más desplazada. Podríamos hablar del perfil de una persona que tiene cierta tenacidad y que es humanista en el sentido de la búsqueda de la expresión de sentimientos y emociones” puntualizó Martínez. Ahora bien, ¿Qué ocurre con aquellos artistas callejeros que deciden hacer de esto una forma de vida? ¿Dónde están sus principales motivaciones y a que desafíos se ven enfrentados?
Talento Santiaguino
Fue hace tres años que Camilla Muñoz inició la trayectoria con su actual instrumento musical. En ese entonces la joven pertenecía a una escuela carnavalera en Santiago donde destacaba junto a la melódica, aunque un emocionante futuro le esperaría. Luego de encantarse con el acordeón y trabajar arduamente para adquirir uno, la recién titulada de Nutrición, decidió emprender hace cuatro meses una aventura por todo Chile junto a su inseparable compañero instrumental, llegando a Temuco para compartir su arte e impregnarse de la cultura local.
“Era de Santiago, pero ya no soy de ningún lado, quería hacer lo que me gustaba, siento que es como mi esencia. Acá en el sur es completamente diferente a Santiago, acá la gente es mucho mas cálida, aprecia mucho mas tu arte, te dicen cosas bacanes, te agradecen por estar tocando, los niños se entretienen, te dejan regalitos y ha sido muy grato estar tocando para la gente, ha sido maravilloso” expresó la joven de 25 años sobre su experiencia en La Araucanía.
Y es precisamente el recibimiento del público y compartir su arte junto a quienes no tienen la posibilidad de pagar por espectáculos culturales, la principal motivación de quienes se dedican a alegrar las tardes de los temuquenses, aunque no exentos de necesidades Camilla relata que esta actividad actualmente le permite financiar arriendo, alimentación y otro tipo de gastos en los que ha incurrido, ganando en promedio 20 mil pesos diarios.
Cultura para todos
Perteneciente a una familia de ocho hermanos titiriteros, Miguel Cataldo, comenzó junto a ellos el desarrollo de esta actividad. Aunque inicialmente y a la edad de 11 años, su labor consistía en ayudar atrás del telón, en la actualidad el viñamarino de 46 años se luce desde hace cuatro años en el centro de Temuco junto a sus marionetas musicales.
“Acá la gente es muy buena, antes los carabineros no me dejaban, pero de a poco me fui ganando un espacio. Aveces me ha pasado que llegan artistas con mucha parafernalia y a uno lo pasan a llevar porque dicen que tienen permisos y es mentira” comenta el titiritero sobre algunas de las situaciones a las que se ha tenido que enfrenta en las calles. Sin embargo y pese a estos desafíos, Cataldo se muestra agradecido con la recepción del público, sabe que cada moneda es “un poroto más para el plato” y reconoce sentirse cómodo con el lugar en el que se desenvuelve.
“Yo no me sentiría bien en una sala cobrando, falta que se abran más espacios, porque para la gente es caro ir a ver una función, ojalá se deje de cobrar por la cultura porque no es accesible para la gente que vive en poblaciones” analiza el artista que diariamente y junto a sus marionetas, entre las que destaca Violeta Parra, John Lennon y Elvis Presley, se instala en el centro de la ciudad para sacar una sonrisa a los transeúntes y robar miradas junto a sus novedosas presentaciones.
Derribando fronteras
Aunque lo cierto es que el arte urbano no es algo nuevo en la capital regional, a ojos del sociólogo Eduardo Martínez hoy es más factible observar su desmitificación, eliminando los prejuicios a medida que también las actividades se van profesionalizando. “Cuando el grafiti va rozando con el muralismo entonces son expresiones que son más comprensibles para la gente y lo embellecen. Ahora, en la lógica tradicional, con los músicos u otros artistas siempre va a existir más aceptación, para darle una moneda a cambio, o establecer una interacción o un aplauso” sustenta el profesional.
Pero si se trata de derribar barreras y viajar a un país desconocido para conectar expresiones artísticas, quien conoce de cerca esta realidad es Marcos Stabile, el joven argentino de 23 años y estudiante de Periodismo, ha viajado en diversas ocasiones a Temuco para desarrollar el malabarismo en las calles y compartir conocimientos juntos a otros jóvenes que se dedican a esto de forma local.
“Viaje hasta Temuco porque el malabar y el arte callejero se valora muchísimo y hay un gran nivel en los chicos. De esto rescato la felicidad que te aporta, la adrenalina al levantar algo y que no se esté cayendo y la autogestión. Esto tiene un carácter autónomo que no te lo da ninguna otra disciplina y poder estar trabajando en algo que te gusta, que la gente lo valora, además de entrenar y mejorar son algunas de las ventajas” afirma el trasandino.
Aunque si bien el artista reconoce que en un principio arribó a La Araucanía con prejuicios y el concepto negativo que se tiene de Chile en su país, a medida que realizó nuevos viajes su visión cambió por completo.
“Cuando vas viajando, se van disipando esos prejuicios. Me han tratado genial acá en Temuco y la recepción de la gente fue excelente, con buenísima onda, siempre que veo un chileno deseo que en Argentina lo traten igual” complementa Marcos, quien ha hecho de la Plaza Dagoberto Godoy su principal punto de prácticas en el malabarismo, como antesala al gran viaje que pretende hacer próximamente a Colombia para seguir perfeccionándose en el arte callejero.
Aunque fortalecer a Temuco como una comuna ícono de la cultura y el arte en todas sus expresiones es una tarea que aún está pendiente, serán las calles las que continúen posicionándose como los escenarios de la masa popular. Donde los talentos locales y también aquellos que vienen en busca de oportunidades desde otras ciudades continúen dando muestras de aptitudes, no solo para recibir una moneda en un sombrero, sino que también para llevarse en el corazón la dicha de alegrar a quienes se cruzan en su camino por algunos segundos.