Sin barro, no hay fútbol: Historias de fin de semana

Por: Daniela Altamirano

“El futbol, no clasifica, si alguien es amigo de la pelota, es amigo tuyo”

La mañana de un día domingo acompaña mi relato, en el estadio municipal, nido del fútbol chileno, de la cultura popular chilena. Punto de encuentro de muchos, lugar en donde comienzas lazos afectivos e incluso un ring de peleas, por descontentos por la derrota o un lugar de celebración por los triunfos. Este deporte es la cara visible tras el desempeño de deportistas por vocación y amor al arte, futbolistas de fines de semana.

1898168_452818284819720_1667479882_nSon muchos los que consideran al fútbol casi como un Dios, en especial, cuando este deporte se desarrolla en las comuna, descentralizadas, alejadas del trafico automovilístico, el estrés de la ciudad, como por ejemplo Carahue, comuna costera de la novena región, que pese a la época en la que nos encontramos, la diversidad deportiva es amplia, pero el fútbol no deja de llamar la atención de niños, y adultos sobre todo quienes son los que van dejando el legado del amor por este deporte a hijos, hermanos, etc.

Con esto me refiero al fútbol que surge en los barrios, como buen chileno “donde las papas quemas”, estos jugadores que desde el vientre vienen pateando un balón de fútbol, que luego en el proceso de crecimiento, sus familiares le inculcan que deben seguir al equipo de las grandes ligas que ellos llevan dentro y esto es una de las motivaciones para comenzar su carrera futbolística en la comuna, es por esto que existe una alta demanda, de niños sobre todo, que vienen de escuelas rurales a jugar a las canchas de la comuna, queriendo pertenecer a algún equipo de Carahue y comenzar a pisar el primer escalón para llegar mas arriba.

Pensando en como seguir relatando estas historias, converso con Ramiro Saravia, primo, nacido y criado en la comuna, quien comenzó sus historias de fútbol gracias a su padre, entrenador de un legendario equipo de Carahue conocido como Audax Deportivo, Ramiro, me explica sus inicios en los equipos carahuinos “cuando chico mi papa jugaba a la pelota en el equipo audax, mi sueño era ser como el, jugar en  su equipo, hacer mis primeros amigos, y obvio  jugar a la pelota, que a uno de chico ese deporte le toca y fue ahí en donde comencé, en 5to básico, salí del campo y entre a Carahue a estudiar, ahí las posibilidades de jugar fútbol en donde fuera se ampliaban y  entré a las escuelas de fútbol que le llaman acá y ahí fue donde me desarrolle, aprendí técnicas y pase a los equipos que disponía la comuna para jugar y luego cuando tenia la edad entre al equipo de mi papa, a los “penecas” en donde juegan los mas pequeños de la selección, con el tiempo participamos en campeonatos, tanto dentro de la comuna como fuera, ahora estoy jugando en la “serie de honor” es decir en donde entras jugar ya de mayor de edad” relató.

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Carahue hasta hace 5 años atrás contaba con una sola cancha de fútbol, el conocido popularmente dentro de la comuna como “el estadio viejo”, Con el tiempo este estadio, comenzó a deteriorarse, pero era tanta la pasión por el fútbol de quienes asistían a este estadio que nada importaba, que ensuciar la camiseta, jugar en el barro y alegrar a la fiel hinchada carahuina en cada partido de día domingo, que ya desde el día sábado se sabía que estos partidos se realizarían, tanto por que se comunicaba por radio, por las celebraciones previas que se sentía en cada rincón y por el clásico perifoneó de un locutor, por  amor al arte, fiel al fútbol, conocido como “Cazanova”, que todos los días domingos desde las 9 de la mañana comenzaba a recorrer las calles de la comuna anunciando el partido que se vivirá en las cachas del popular estadio viejo, estadio de barro y fidelidad.

El reconocido “estadio viejo” guarda tantas historias como puede en sus estrechos rincones, tanto esa galería que muchas veces refugio a la cantidad de espectadores que pudo de la lluvia y alentó a los jugadores que en la cancha dejaban todo su cuerpo envuelto en barro, pero continuaban el partido, esa final del campeonato, ese partido amistoso, o ese simple entrenamiento que aunque hubiera tormenta los jugadores no dejaban de asistir. Esta pasión me la cuenta Fabián Martínez, cuidador de los recintos  deportivos de la comuna  ”yo desde que tengo memoria que jugué en el estadio viejo, como olvidar esas tardes, nuestros uniformes blancos, pa’ mas remate po’, siempre pueblo nuevo, llamando la atención, pero estábamos ahí, todo para ganarle al “plaza”, esa rivalidad viene de años, igual que con el “Audax”, los equipos mas polémicos, cada equipo en representación de una población de Carahue y cada uno defendiendo su territorio, llegamos ahí al estadio sin importar las condiciones, la hinchada de cada equipo, súper fiel, de eso nada que decir, lo malo que después terminaba en pelea la cosa, como en todas partes, me entiende”.

Cabe destacar las peleas que se mencionaban anteriormente, sagrado después de cada partido, una pelea, por las molestias de los asistentes a las falta, a su criterio, del arbitro, los mismo jugadores muchas veces terminan en el hospital de la comuna, porque alguien del equipo rival le paso a rozar un brazo, una pierna, etc. Y se arma un ring de pelea que termina con algún herido en el hospital, pero luego de un rato ya están listos para otro partido, jugadores de hierro les llaman, es tanta la pasión por un partido que no se dejan cuidar de la manera que corresponde, y se van del hospital graciosamente a la celebración, aunque su equipo haya perdido, se celebra igual.

Angelica Mendoza, esposa de un jugador de hierro, me cuenta como vive ella, la pasión de su marido en la cancha ”a mi me encanta del fútbol, pero no de siempre, desde que me case tuve que acostumbrarme, acompañar a Juan a los partidos, esperarlo a la hora de almuerzo,  después del partido que llegaba con sus niñitos del equipo, el es entrenador y además juega, entonces de repente llegaba con los niños a almorzar, otras veces me tocaba ir a separarlo, en la mitad de la cancha, con el capitán del Manuel Plaza, esos hombres no había partido que no discutieran y la ponchera de tanta cerveza lo salvaba de algún golpe mas fuerte de quien le pegara, una vez tuve que recorrer Carahue entero buscándolo, y el perla estaba en la sede del Pueblo Nuevo, otro equipo, rival de él, pero entre copas todos son amigos”.

img_1382estadiocarahueActualmente, tras las insalubres condiciones de este estadio, se inauguró el “estadio nuevo”, cancha totalmente equipada, pasto sintético, camarines con implementación en sus baños acorde a las necesidades de los jugadores. Aquí los partidos se vuelven aun mas apasionantes, pues estar en un cancha con esas condiciones, es tener la posibilidad de jugar a un nivel mas alto y las exigencias entre cada equipo aumentaban, paralelo a esto la rivalidad de los equipos mas grandes de la comuna Manuel Plaza, Pueblo Nuevo y Audax, aumenta y la ansiedad de ir un día domingo a un partido, para a ver  a estos equipos es mas grande dentro los habitantes de Carahue, tanto para entretenerse y distraerse de la rutina diaria.

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