Por: Ricardo Ruiz
Cuando hacemos un recorrido para ver los orígenes de cada futbolista que llega al profesionalismo en nuestro país, siempre nos encontramos con que cada uno de éstos se ha iniciado en lugares humildes, rincones en los cuales siempre faltaba algo, en los que había difícil acceso, donde muchas veces no se podían dar el gusto de comer un asado, ya que simplemente tenían que juntar el dinero y hacer las compras justas y necesarias.
Es en este sentido que nos encontramos con futbolistas que hicieron sus primeras armas en La Araucanía, en lugares como Lautaro, Nueva Imperial o Temuco mismo. Casos como el de Cristián Canío, delantero de Deportes Temuco; Hugo Droguett, volante central de O’Higgins; el gran Marcelo “Matador” Salas, ex futbolista y seleccionado nacional; Iván Vásquez, volante de Audax Italiano; y los hermanos Gutiérrez, Orlando, jugador de Deportes Temuco, y el seleccionado nacional Felipe. Todos ellos dieron sus primeros pasos en el futbol en La Araucanía, donde su humildad y perseverancia los llevaron a ser lo que siempre soñaron: reconocidos por todo el medio futbolístico nacional e internacional igualmente.
Los Gutiérrez
Es en Lautaro donde Iván, Orlando y Felipe hacen sus inicios en el fútbol. Felipe Gutiérrez nace en Quintero, en la Quinta Región, pero luego llega a Lautaro apenas tres meses después de haber nacido, es por esto que se considera como un orgullo de la comuna.
“Felipe y su hermano Orlando, nacieron futbolísticamente acá en Lautaro. Ellos adquirieron sus primeras armas acá en la localidad, iniciándose principalmente en el histórico Club Deportivo Guacolda de Lautaro”, asevera Orlando Gutiérrez Mella, padre de ambos futbolistas.
Orlando relata que él les inculcó el fútbol a sus muchachos, pues “yo jugué mucho cuando joven, así que me gustaba que lo practicaran ellos igual, por eso cada vez que podía se los inculcaba más y más. Por ejemplo, si ellos querían algo de dinero, yo les pedía que dominaran la pelota y así se ganaran sus pesos. De esta manera logré potenciar sus cualidades para practicar fútbol, pero nunca pensé que llegarían tan lejos mis retoños”, asegura emocionado.
Todo pintaba bien para que Felipe y Orlando llegaran a jugar a Deportes Temuco, sin embargo, tuvieron un fugaz paso cuando pequeño, fueron de refuerzo a un mundialito a Valdivia, pero posterior a eso se marcharon con su madre a Quinteros, producto de una separación matrimonial.
Parecía ser que todo se derrumbaría, sin embargo apareció Luz Leiva -su madre- quien se interesaba en estar siempre atenta de quiénes eran los amigos de sus hijos y qué andaban haciendo. Y fue tanta la protección que se fue introduciendo en el fútbol poco a poco.
Luz relata que “siempre los acompañé a entrenar, porque me interesaba ver quiénes eran sus compañeros. Es más, hubo una vez cuando aún vivíamos en Lautaro, ya estábamos separados con su papá y yo los acompañé a un campeonato que había por su equipo, el Guacolda. Fue ahí que tuve que improvisar como entrenadora y me gustó el cuento, ya que de esa manera veía felices a mis hijos. En Lautaro podía llover el mes entero, pero ellos no paraban de jugar, es más me dejaban toda la casa desordenada, porque para ellos la cancha estaba adentro (ríe)”.
ÉXITOS
Todos saben de los éxitos que han tenidos estos hermanos. Orlando ha estado en distintos clubes nacionales. En cambio, Felipe, registra pasos por Everton, Universidad Católica, club en el cual destacó, lanzándose al estrellato.
Actualmente se desempeña como mediocampista en el FC Twente, club de la primera división de Holanda.
Felipe es constantemente llamado a la Selección Nacional, participando en dos procesos eliminatorios para clasificar a los mundiales. Participó de la Copa del Mundo de Brasil 2014, lugar donde el equipo llegó a octavos de final, perdiendo con Brasil a penales.
Posterior, fue destacado en su ciudad futbolera como hijo ilustre del sector, junto al nombre de una calle en su barrio para él. Finalmente el “Pipe” participó de la obtención de la histórica primera Copa América, hecha este año en nuestro país, siendo una de las figuras más regulares del equipo.
Víctor Hugo Campos, funcionario de la Ufro, fue uno de los mentores de este joven lautarino. “Lo conocí cuando fui profesor en la Escuela Corazón de Jesús, de Lautaro. Lo entrené desde 3º a 7º básico y ya en quinto era un crack, un líder. Le gustaba patear los tiros libres y siempre quería entrenar más de lo debido y me pedía jugar en las selecciones mayores. Fue tanto lo que insistió que jugó con los 7º y 8º años con un permiso especial. Así fue campeón en un torneo que jugamos en Bariloche. De hecho fue el goleador…”, rememora un orgulloso Víctor Campos.
Ahora bien, su hermano Orlando, no ha tenido el mismo éxito y fama que el Pipe, también ha tenido pasos por equipos como Everton, Ñublense, Barnechea y actualmente Deportes Temuco, donde goza de un presente totalmente feliz. “Estoy muy contento por el momento que estoy viviendo en lo personal, donde estoy constantemente alternando en la titularidad en un club que le tengo bastante cariño y donde además en lo grupal, estamos pasando por uno de los mejores momentos de los últimos años, nos mantenemos como punteros exclusivos del campeonato”, relata el defensa central por izquierda de los albiverdes.
En esa misma línea, “el recado más grande que le puedo dar a los jóvenes del país, principalmente a los de mi localidad –lugar donde no hay muchas oportunidades- es que perseveren en lo que quieran, si es en el fútbol que se esfuercen ellos mismos, que nadie les regalará nada, ya que es algo difícil, pero no imposible. Que piensen de donde vienen, qué quieren y que piensen en sus familias, sólo de esa manera se motivarán y entrenarán duro día a día para llegar al profesionalismo” señala el futbolista mayor de los hermanos Gutiérrez.