La Teoría del Todo: “El amor nos salvará…”

«Por Gabriel Gutierrez»

El universo es un lugar tan grande e infinito que ni siquiera el ser humano ha sido capaz de lograr conocer una mínima parte de todo lo que nos rodea. Hemos creado naves, hemos enviado satélites, hemos puesto hombres en la luna, pero solo ha sido un minúsculo paso dentro de toda esa masa uniforme y desconocida de la cual ni siquiera conocemos su inicio y término. Y es ahí donde a través de los recónditos e infinitos pensamientos sobre quién es el hombre y qué hace en esta vida, surge algo que ha sido capaz de cruzar todo, y nos ha hecho entender que solamente existe una cosa que traspasa el espacio y el tiempo: El amor.

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Estas son las 2 premisas que se transforman en los pilares fundamentales de La Teoría del todo, película británica dirigida por el cineasta James Marsh, y que trata de un biopic de la vida del afamado científico Stephen Hawking, basado en el libro Travelling to Infinity: My life with Stephen.

La película en sí cuenta la historia de Hawking desde sus inicios como estudiante de la Universidad de Harvard, hasta la época del lanzamiento de su libro Una breve historia del tiempo, lapso en el cual el protagonista tuvo que sobrevivir a una enfermedad que atrofió todo su cuerpo, pero que no fue impedimento para que éste lograra exponerle a todo el mundo la ya famosa teoría del “Big Bang”, que explica que todo el universo que conocemos nació de una gran explosión de materia que se formó a partir de la nada. Gigantesca premisa que es condensada de buena manera en las 2 horas y tres minutos de duración del filme.

El gran logro de esta película que es capaz de llevarla aún mas allá que otros biopics de la temporada 2014 como The imitation game (basada en el matemático Alan Turing), tiene que ver con la perfecta armonía que James Marsh es capaz de plasmar en su obra, la que se ve reflejada completamente en la cantidad de premios que consiguió en la pasada entrega de los Oscar. La buena adaptación del guión hecho por Anthony McCarten, se ve perfectamente plasmada por las hermosas y complejas tomas filmadas por su director, acompañado todo esto por un fondo musical sublimemente creado por Jóhann Jóhannsson, y que es decorado con la guinda de la torta: la espectacular actuación de Eddie Redmaine como Stephen Hawking, y Felicity Jones como Jane Hawking, la compañera sentimental del científico. Es en ellos que recae mayormente el peso de la película y en quienes se sustenta la idea principal: la del amor por sobre todas las cosas.

La Teoria del Todo

Desde el comienzo hasta el final, La Teoría del Todo deja de lado las premisas que podrían ser convencionales en cuanto a las tremendas creaciones científicas de Hawking, poniendo el eje principal en el amor que Jane le entregó desde que se conocieron, mostrando una historia que se basa en eso: en el amor por sobre la adversidad.

A pesar de la enfermedad que Stephen sufre y que va mostrando un aumento progresivo en la historia (nuevamente hay que destacar lo espectacular de la actuación de Eddie Redmaine, que se ganó un merecido Oscar por esto), vemos como el amor y fidelidad de Jane es tan grande que, a pesar de lo difícil de la situación, sigue fiel junto a la persona que ama.

Puede que muchas veces temas así sean tomados como cliché dentro de las películas hollywoodenses, pero la historia está tan bien contada y actuada, que simplemente se transforma en un deleite a los ojos y, por sobre todo, un deleite al corazón del espectador.

Y es así, son este tipo de películas las que se transforman en un bálsamo de amor y esperanza para quien recurre a verla, un bálsamo que es capaz de mostrar lo mejor de nosotros, basándose en una historia de la vida real. Quizá la historia posee algunos baches en su guión, y también se le pueda criticar lo poco que se toca el tema del tremendo aporte científico que Stephen Hawking ha entregado a la humanidad, pero lo que logra La Teoría del Todo es despojarse de esa ciencia que muchas veces puede parecer fría, y mostrarnos que en su interior posee un corazón que late y demuestra amor, ese amor que traspasa las fronteras de lo desconocido, algo que ni siquiera la ciencia misma podría explicar.

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