Por: Valentina Duarte
Junio, mes multicolor. Las redes sociales se llenan de orgullo. La página LGBTQ@Facebook suma hasta el momento más de 19 millones de likes, la cual permite a los usuarios de la comunidad a ‘reaccionar’ con la bandera policromática haciendo presencia y visibilizando la celebración del ‘#Gaypridemonth’.
Para los desconocedores y en breves palabras, el 28 de junio se conmemora el Día Internacional del Orgullo LGBT (Lesbianas, gays, bisexuales y transexuales) y se celebra anualmente para instar la tolerancia, el respeto y visibilización de la comunidad.
Para otros desconocedores del tema, Facebook ha perdido la cabeza.
Me he topado con miles y miles de comentarios en las diferentes páginas a favor de la comunidad, con críticas respecto a la ‘imposición’ de esta nueva reacción. Simple: si no le gusta, no lo use. Pero también, me he topado con frases aún más absurdas, como la necesidad de algunos por tener el día del ‘Orgullo heterosexual’.
Recuerdo haber leído este comentario en Facebook: “‘Orgullo’ es sinónimo de soberbia y arrogancia, ‘homosexual’ no es más que una perversión. ¿Por qué sería un orgullo ser fleto?”.
Me parece lamentable la poca empatía y la poca capacidad de reflexión de este supuesto sujeto racional y pensante. Este comentario tenía más de 400 likes.
El orgullo tiene mil y un sinónimos, pero aquí, el orgullo habla del amor hacia uno mismo, hacia el respeto propio. Habla de dejar de avergonzarse de algo por lo cual no deberíamos. Habla de aceptación y sobre todo, de dignidad social en el amplio espectro de la palabra.
“El orgullo gay no nació por la necesidad de celebrar ser gay, si no del derecho a existir sin ser objeto de persecución. En lugar de preguntarte por qué no existe un movimiento de Orgullo Heterosexual, agradece que no necesitas uno”. – Anthony Venn-Brown.
Estimado y estimada, no necesitas un día en conmemoración a la heterosexualidad. Eres un ser privilegiado socialmente. No tienes causa, lo tienes todo.
No existe religión alguna que condene y hostigue la heterosexualidad. No tratan de ‘sanarte’ ni de exorcizar lo ‘malo que hay en ti’, porque tienes las puertas del paraíso abiertas de par en par. Dios es padre de un hijo ‘no desviado’.
No existen comunidades extremistas que se encarguen exclusivamente de perseguirte por ser quien eres, porque eres libre de amar sin ser señalado con el dedo. Y no debes esconderte ni disimular junto a tu pareja por el mismo temor, ni por los insultos y las miradas de desprecio a diario. No te prohiben unir la vida de tu pareja a la tuya en matrimonio, ni te prohiben tener o acoger un niño en tu familia. La heterosexualidad no es abominable, no es perversión. El idea de un día en conmemoración al Orgullo Heterosexual es un descaro y una falta de respeto. Reflexiona, empatiza y ama incondicionalmente.