Dos años de “Confesiones Ufro”: Los mitos y verdades de sus anónimos creadores

Por: Juan Carlos Poblete

Siete de la tarde fue la hora que acordamos para juntarnos. Era sábado en la noche cuando el atacazo artístico me iluminó y decidí escribirles en Facebook para ver si podía contactarlos. “Esto no es una confesión, tranquilos”, inicié al escribir el mensaje. Entendiendo que todo era una misión para conocer más sobre la popular página “Confesiones Ufro”. El grupo accedió pero con una sola condición: confidencialidad total de sus identidades e incluso sus seudónimos.

Confesiones UFRO 2

No era necesario que lo dijeran, porque revelar información del equipo administrador sería corromper parte de la mística y la tradición de “Confesiones Ufro”. Creada en el año 2013 como la versión local de la tendencia que era furor en las casas de estudios superiores del país, surgió como una plataforma en la que hombres y mujeres –amparados en la reserva de su identidad– contaban sus aventuras y fracasos de todo tipo: anécdotas amorosas, vergonzosas, académicas y sexuales.

Aprovechando el anonimato, han sido miles de usuarios que en más de dos años han enviado a la página más de 9 mil “confesiones”. Líneas redactadas por escritores poco prolijos, pero con experiencias mejores que las de un cuento de realismo mágico de García Márquez. Historias reales que, por muy divertidas o miserables que fueran, están llenas de sentimientos como el amor, el odio, el despecho y la victoria.

APENAS ME MIRARON…

A los dos tipos y la chica que estaban sentados nunca los había visto, pero apenas me miraron, se acusaron. De un momento a otro se sumaron dos más del equipo y la entrevista comenzó. Unos más relajados que otros y entre sorbos de un café y un par de galletas, las ideas serias comenzaron a salir entre bromas y chistes que se articulaban como una respuesta grupal.

—Nadie sabe mucho de ustedes. ¿Pueden contar quiénes son los que están detrás de la magia?

—Somos nueve en total. Cuatro mujeres y cinco hombres. La mayoría somos de la Facultad de la Salud, otros de Ingeniería y hay una excepción que es Humanidades. El creador de esto era el “Cura Tato”, pero él se fue de Chile, así es que ahora quedamos: El Tila, Flanders, Pelao, Roshi, Panquecito, además de las mujeres Sasha, Bukkake, Fifi y La Pendeja.

—Ustedes mismos se buscaron esos seudónimos con los que firman cada publicación que realizan. ¿Por qué siguen conservando ese anonimato?

—No es que tengamos como una “política” definida para eso, pero creemos que hay que tener cuidado con las cosas que escribimos y nos escriben. A veces llegan cosas muy complicadas. O quizás el humor puede ser mal interpretado. Y si alguien sabe quién es cada uno, pueden tomar represalias contra nosotros personalmente.

—¿Les ha pasado algo complicado?

—Una vez un tipo mandó una confesión de que se iba a suicidar y no recibió respuesta. Al rato después volvió a mandar una y colocó “me voy a matar y va a ser por tu culpa”. Otra vez alguien envió algo sobre una violación y el que la recibió quedó como impactado, hasta nos dio miedo y pensamos cerrar todo. Creemos que la gente entiende que somos personajes, todos diferentes en personalidad y pensamiento, pero que lo hacemos para divertir y pasarlo bien, sin pasarse rollos. Pero que hay que tener cuidado con eso.

—¿Y cómo son los criterios que definen qué se publica y qué no?

—El criterio depende de cada administrador, totalmente. Pero hay algunas reglas, como por ejemplo, que no se suban las confesiones que incluyen nombres completos ni iniciales. Tampoco subimos ataques directos contra una persona en específico, ni aquellas que son demasiado fomes o que no tienen una finalidad, como los ociosos que escriben “hola, estoy aburrido”. Eso no.

EL VALOR DE LAS PALABRAS

Confesiones UFRO 2

Mientras seguíamos conversando, el devenir de estudiantes no paraba por el costado de donde estábamos. A medida que cae la tarde, me doy cuenta que aunque ellos definen su página como un

espacio de mera entretención, no dejan de guardar un sentido de responsabilidad y ética por el contenido que publican. Saben que frente a ellos está una masa de usuarios, con los que han sabido jugar y sacándole el jugo a su creatividad para mantener la página activa. Los textos o “confesiones” son contenido sabroso para lectores asiduos que comparten y comentan a través de Facebook. El nivel de interacción tan grande, que hoy la página de “Confesiones Ufro” tiene más de 9 mil seguidores. Tanto así, que de seguro más de alguno de los estudiantes que pasó frente a nosotros conoce, revisa y quizás hasta envió alguna confesión. Ninguno de ellos sabrá que a metros pudo haber estado el famoso “Tila” o el querido “Panquecito”, o que la chica risueña pudo ser la “Sasha” de la página.

¿Cuáles son las confesiones que más se repiten?

—Hay muchos hombres y mujeres que mandan confesiones describiendo a alguna persona que vieron o que ven siempre y que quieren contactar, hablarle o saber el nombre. Eran tantas que tuvimos que hacer una página aparte (que le pusimos Like UFRO), porque ya eran demasiados pedidos de gente sufriendo en soledad. Hay ganas excesivas por toda la U, una necesidad… (ríen)…

—En dos años leyendo estupideces, ya tienen un imaginario de usuario promedio que envía confesiones. ¿Cómo caracterizarían a la mujer y al hombre estudiante de la Ufro?

—La verdad es que con el anonimato la gente muestra lo peor de sí. Por ejemplo, hay mujeres que mandan cosas tiernas, las niñitas buenas, pero hay otras más atrevidas y derechamente calientes, e incluso infieles. Y sobre los hombres, nos hemos dado cuenta que son unos pobres miserables. Siempre mandan relatos de que su mina les puso el gorro, que los patearon. Pero creemos que es porque te sientes libre para contar tus derrotas y tragedias, porque nadie sabrá quién eres. Porque las victorias y lo que has ganado se lo cuentas a tus amigos.

—Llevan dos años con esto, han sobrevivido a paros y vacaciones, sirviendo incluso como un espacio de discusión y diálogo al borde del servicio de utilidad pública. ¿Cómo ven esa transformación hacia una especie de “foro virtual” universitario?

—El hecho que la gente comente es la magia de las confesiones. Todos hacemos una comunidad, entonces las diferencias de opinión y el espacio de compartir chistes es algo bacán que genera la página. Por eso nosotros también comentamos, porque el valor de la página es la gente que comenta.

—¿No han pensado en ganar plata con la página?

—Hemos pensado en hacer un carrete masivo, una peña, o algo que sea divertido y que no nos exponga demasiado. No tenemos muchas lucas, pero tenemos las ganas.

—¿Y al final… por qué creen que los lee tanta gente?

—Porque los que nos escriben y nosotros hablamos puras estupideces. Nunca vamos a entregar un consejo de verdad, excepto casos muy especiales que nos conmueven. Pero en general, es algo para divertirse. La gente se pone a copuchar y leer algo rápido para reírse.

—¿Y qué le dirían a quienes los siguen desde el comienzo? ¿Se vienen más novedades y proyectos?

—Esto no tendría vida sin ustedes. Gracias. Así es que sigan mandando confesiones y comentando para que esto siga creciendo y que concretemos más proyectos. Hemos pensado en crear un podcast para comentar lo que nos llega y estamos planeando esa idea, con la del carrete. Por ahora no se olviden que para ustedes y nosotros, esto es una algo para divertirse. Así es que gracias, y pásenlo bien.

Cuando les escribí el mensaje el sábado, les dije que la entrevista no iba a durar más de 20 minutos. En algún momento se nos pasó la hora. A las 20:30 y mientras el sol todavía escondía detrás de las canchas de la Ufro, empezamos a despedirnos como amigos de toda la vida. Todos juntos y con sus mochilas y bolsos bien agarrados, emprendieron rumbo hacia algún bar de Avenida Alemania. Y es que más que administradores de la página de Confesiones de la Ufro que no se conocían entre sí, se convirtieron en un grupo de estudiantes comunes y corrientes que han formado una amistad tan grande como el cariño y el compromiso por sus seguidores. Nunca supe sus nombres, ni qué carrera estudiaban y no insistí en preguntar qué personaje era cada uno. Sólo corroboré que eran ellos los que hacen la magia para mantener activa la página que divierte y marca temas de conversación en el día a día cotidiano de los estudiantes de la Universidad de La Frontera. Tras terminar de redactar estas líneas, entro a Confesiones Ufro y me confieso…

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