Crónica de una votante novata

«Por Camila Luengo»

Elecciones presidenciales y parlamentarias. Es la primera vez que voto en elecciones presidenciales, gracias a la mayoría de edad y producto del voto voluntario e inscripción automática. No sé si me hubiese inscrito voluntariamente de existir aún el antiguo sistema de inscripción electoral. Lo que sí sabía era que por novedad o por pseudo obligación cumpliría con esta oportunidad cívica. Sí, oportunidad; ya no es una obligación.

Imagen: Sala de votación en el Escuela Darío Salas de Padre las Casas.

Así que semanas previas, si es que no meses, estuve al tanto de los candidatos en las áreas que a mí me interesaban, por lo que logré congeniar con un candidato. Hasta ahí todo bien. El tema no era tener una opción para ir a marcar, el tema era reconocer que mi voto era estratégico. Mi candidato no era de los favoritos para ganar las elecciones, pero como fuese yo quería que no se repitiera la vieja política. Entonces, votar por alguien competitivo como Bachelet o seguir mis principios y votar por el candidato que más me simpatizaba, he ahí el dilema.

Imagen: Escuela Darío Salas ubicado en la Comuna de Padre las Casas (Región de La Araucanía).

Me dirigí el domingo a la Escuela Darío Salas de Padre las Casas pasadas las 16.00 hrs de la tarde; y sí no quería ser vocal de mesa. Como dijo mi padre “a esta hora sí que te aseguras de no quedar de vocal”. Pero la razón era que después debía dirigirme a otro lugar y el recinto de votación estaba de paso, entonces así no gastaba más en locomoción. Además no tendría que hacer fila. Aunque mi mesa es sólo de gente joven, de todas maneras no habría fila.

Solo gente joven, como los que sí estuvieron de vocales. Que pasaron el rato con videojuegos en un televisor que, supongo yo, les prestó el colegio.

Me junté con una amiga para ir a votar. Ella tan novata como yo, teníamos el mismo dilema para dar nuestro voto (tan novata digo, porque para las elecciones municipales no supo que hacer con la estampilla). Me acompañó hasta la mesa 78, presenté mi cédula de identidad, me dieron las papeletas, me dirigí a la cámara secreta, marqué mis opciones a Diputado y Core, lo que tenía ya decidido. Y tocaba enfrentarme a la pregunta anterior, ¿votar por un candidato competitivo, votar para que no saliera electa Michelle Bachelet en primera vuelta o seguir mis principios votando por el candidato que más me simpatizaba?

Imagen: Mesa 78 ubicada en la Escuela Darío Salas de Padre las Casas.

Finalmente, de qué se trata todo esto de votar sino es expresar tu opción, aun cuando sea vagamente. Y si mi opción no es como la de la mayoría. Qué más da, total es mi opción, no tiene porque concordar con la del 46% de la población o con el 25%. Claro está que así mi candidato no gana, y sé también que no muchos compartirán este pensar (pues ya se han unido a las opciones mayoritarias o no se han unido a ninguna) pero al menos me siento satisfecha puesto que aunque no opté a través de mi voto por un candidato con posibilidades de ganar esta elección, sí que vote de verdad por mi opción. Y digo que soy una votante novata, porque tal vez, y sólo es una suposición, los que no son novatos ya no votan por su verdadera opción. Y por eso obtenemos los resultados de hoy. Así que en conclusión, me enfrenté a la papeleta con mis principios. Y mi candidato, como era de esperar, no pasó a segunda vuelta, pero al menos mi candidato no superó el récord de Arturo Freí Bolívar.

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