Fabricando soledades: el problema de la salud mental en los estudiantes universitarios chilenos

Por Pablo Muñoz y Francisco Sandoval

La salud mental es un tema que poco a poco está alcanzando notoriedad dentro de las discusiones en el país. Los indicadores de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) señalan que Chile está segundo entre los países donde más han aumentado los suicidios, solo detrás de Corea del Sur. Ante esta realidad, los estudiantes han alzado la voz, demandando un mejor trato del Estado frente a esta problemática. Pero ¿cuál es el causante de que la salud mental de los estudiantes se esté deteriorando?

El 11 de abril de este año se dio a conocer que una estudiante de Derecho de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, se quitó la vida, luego de reprobar su examen de grado por tercera vez. Ese mismo mes, estudiantes de Arquitectura de la Universidad de Chile se manifestaron contra la carga académica de la cual están expuestos. La mayoría de los comentarios en redes sociales los trataron de “débiles” y “flojos”.

En la Universidad de La Frontera este tema no ha estado ajeno, donde también han aumentado las manifestaciones por el tema, al igual que en todo Chile. Lo anterior genera diversos análisis de lo que está pasando, los cuáles todos llegan a una misma conclusión: hay poca cantidad de psicólogos en las universidades y las autoridades no crean iniciativas concretas para mejorar la población. La realidad es que el mal panorama de la salud mental en universitarios es debido a que éstos se exponen a una sobrecarga académica que merma el buen funcionamiento individual óptimo.

A nivel nacional, según datos del Ministerio de Salud (Minsal), el 23 por ciento de las enfermedades en Chile son mentales. Para peor, el 80 por ciento de chilenos con síntomas de enfermedades psiquiátricas no está diagnosticado.

Lo anterior es resultado de la ignorancia existente dentro de la población sobre la temática de la salud mental, como señala Ana María Labarca, psicóloga y docente de la carrera de Medicina de la Universidad de La Frontera, quien lleva diez años investigando sobre la salud mental de los estudiantes de la educación superior, y señaló que “en el país aún existen muchos prejuicios, estigmas y temores sobre los síntomas de la salud mental”. Además, agregó que “la población hace esta analogía de la salud mental con la locura, la esquizofrenia y trastornos varios, que hacen ver a la persona que no tiene las capacidades para desarrollarse. Al final, la salud mental se trata de como desarrollarse en la vida diaria”.

La problemática en los estudiantes universitarios

En el mes de abril salieron los resultados de la primera encuesta nacional de salud mental universitaria, estudio liderado por la psicóloga de la Universidad Católica de Temuco, Ana Barrera. Los datos que entregó el documento no fueron alentadores: el 44 por ciento de los alumnos ha estado es tratamiento psicológico, un 46 por ciento presenta síntomas depresivos y muestras de ansiedad, un 54 por ciento sufre de estrés y un 30 por ciento muestra estos tres síntomas a la vez. Los resultados del estudio son una muestra de que en el ámbito de la salud mental no se está mejorando, al contrario, está empeorando y está afectando a todos los sectores de la población chilena.

La visión de los estudiantes sobre el tema

Se tiende a atribuir el problema de la salud mental en estudiantes a la extenuante carga académica con la que se enfrentan, en donde generalmente no existe tiempo para el ocio, para la vida familiar ni para la vida social. Como cuenta en su experiencia personal el ex – estudiante de la Universidad de La Frontera (Ufro), Daniel González, el impacto de la carga académica en su salud mental fue extremadamente negativo, por el “exceso de horas de trabajo en la universidad que indujeron a varios problemas de salud mental, como ansiedad y depresión, que al final de cuentas terminan mermando tus habilidades de persona funcional”, además, agrega que no fue el único que sufrió de estos problemas. El estudiante culpa a los “extensos horarios en lo que están en clases. Tener de las ocho de la mañana a ocho de la tarde, con una hora de almuerzo, es inhumano”.

Una cosa que hay que tener en cuenta es que cada persona es distinta, por lo que las reacciones al afrontar el mundo universitario también difieren. La docente de Medicina de la Ufro, Luna Guevara, señala que: “Los estudiantes entran a la Universidad ya arrastrando problemas de autoestima, de estrés, de ansiedad y síntomas de depresión porque se exponen a una presión desde mucho antes de entrar a la universidad”.

Al consultar sobre la causa de la mala salud mental en estudiantes, recalca que “no se puede decir que la causa directa de las enfermedades mentales es solo la carga académica, eso sería reducir, invisibilizar e incluso, disminuir las tantas causas que producen que la salud mental en los estudiantes sea mala”. Con lo anterior, queda claro que no es una causa directa, es un detonante de síntomas que ya vienen en el estudiante desde antes.

Estamos en un sistema socioeconómico que incentiva insanamente la competencia, esto quiere decir que, si no eres laboralmente apto para desempeñarte dentro de él, se te aparta, lo cual genera frustración en gran parte de la población. La dinámica en la que se encuentra el país se arrastra hacia las universidades, donde la presión por aprobar los ramos, sacar una carrera e insertarse en el mundo laboral carcome la vida de los estudiantes.

Un problema que se genera también es que los estudiantes no piden ayuda, por el hecho de que tener síntomas de enfermedad metal se considera una debilidad, y también por las presiones exteriores que existen, como la familiar. Tomás Fernández, alumno de Derecho de la Ufro, opina que: “Hay una presión que también va por el tema monetario, algunos tienen gratuidad, por lo que no tienen que reprobar nada (lo cual en carreras “pesadas” es muy difícil que no suceda)” y que por otra parte, están los que deben pagar sus carreras, donde cree que “la presión es mucho más porque tu familia hace ver que están haciendo un esfuerzo por que tu salgas y seas alguien en la vida, entonces se agrega más peso a la mochila”.

La salud mental en Chile es una bola de nieve que avanza más y más debido a que el Estado no invierte lo suficiente para hacer frente a esta problemática. En datos del Minsal, del presupuesto total de salud (que es de un 7,8 por ciento del Producto Interno Bruto total del país) se destina solo un 2,1 por ciento hacia la salud mental.

Según datos de la OCDE en los países mejor evaluados en indicadores de salud mental hay 16 psiquiatras cada 100 mil habitantes, mientras que en Chile solo hay 5 por cada 100 mil. El sistema público no da abasto, y en el sistema privado los tratamientos son caros y no son accesibles a todo el público, por lo que causa listas de esperas muy largas.

La realidad dentro de la Universidad de La Frontera

Si el panorama a nivel nacional es malo, en la Ufro la situación es lamentable. Los psicólogos disponibles en la Dirección de Desarrollo Estudiantil (DDE) no da abasto para la gran cantidad de alumnos de la universidad. Hace unos años había solo dos psicólogos para 8 mil estudiantes, hoy hay tres, uno practicante y dos titulados, para la misma cantidad de estudiantes. Esto quiere decir que de las 180 personas que piden hora para el psicólogo en la DDE, esta solo atiende a 50, lo que se traduce a que 130 personas se quedan en lista de espera. En base a esto, la lista de espera no demora días ni semanas, sino que meses.

Además del poco abasto que hay en la DDE, esta institución tampoco se ha encargado de crear iniciativas concretas ni estudios que evalúen el estado de la salud mental dentro de la universidad. La jefa de la División de Bienestar Estudiantil de la DDE, Verónica Pincheira, señala que esto se debe a que esa información no lo maneja la dirección, sino que las facultades, y que: “Muchas veces el tema de salud mental no está cuantificado en forma real por un tema de que los alumnos hacen sus retiros y no dicen las razones por el miedo al estigma que puede haber en la facultad”.

En el año 2017 la carrera de Psicología realizó un estudio estadístico sobre los síntomas de enfermedades mentales por facultad, solo en humanidades un 40 por ciento de los estudiantes sufre de estrés, un 31 por ciento de ansiedad y un 28 por ciento de depresión.

También el mismo estudiantado hace estudios sobre la materia, como el que están desarrollando alumnos de cuarto año de psicología sobre la relación entre la salud mental y la acción de gratitud. Francisca Barría, estudiante que lidera el experimento afirmó que decidieron esta temática porque “en Chile no hay tantos estudios sobre esto. A nivel hispanohablante solo hay estudios en España y México. Además, queremos contribuir en temas de salud mental precisamente porque no hay tantas iniciativas siendo que es un problema enorme que estamos pasando”.

El panorama se hace mucho más preocupante debido a que la razón de la mala salud mental en universitarios no es solo la carga académica, sino que es multicausal, al ser un problema que afecta a toda la población de forma transversal. Las cifras son preocupantes y urge un cambio en la forma en la que estamos construyendo la sociedad, que debiese proteger la calidad de vida, a la par de la calidad profesional. Hay que dejar de fabricar soledades y construir un mundo mejor para las generaciones futuras.

 

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